III. Otta Walters entra en escena

A finales de la tercera década del siglo XX, una mujer de origen norteamericano, llega a la sierra sur del Estado de Oaxaca, para iniciar labores de evangelización. Su profesión: la medicina, aspecto que le facilitó dicha labor, ya que para esos tiempos los especialistas de la salud escaseaban en la región. El "gancho", para las labores de evangelización, se mezclaba con el servicio de curación y atención referente a problemas de salud, ahí aprovechaba para compartir su credo. Ella era cristiana bautista y respondía a el nombre de Otta G. Walters.

El proyecto de vida que traía para el pueblo miahuateco, era una mezcla de una serie de actividades disciplinadas, al american way life, resumiendo buena parte de actividades a los ajetreos de una vida productiva, al time is Money, volviendo al espacio y a las personas de la comunidad, como si fuera su hábitat y familia.

Walters fue una mujer muy pública, en el sentido de su campo laboral y misionero, esto último, provoca, entre otras cosas, que ella omitiera o le restara importancia a la idea y práctica de construir una familia. A Otta le gustaba la idea de que la mujer cristiana podía trabajar fuera de casa, que debía estar alfabetizada, e incluso debía ser una persona socialmente comprometida, sobre todo poner a la práctica lo que señalaba la Biblia. Esto lo denotaban acciones tales como, salir de su país en calidad de misionera, en tiempos donde la Segunda Guerra Mundial, recién había concluido.

Le resultó inevitable trasmitir las ideas y posturas descritas a las mujeres miahuatecas de mediados del siglo XX. Para el lado masculino, siempre resultó un "inconveniente", era prácticamente imposible someterla a una actitud pasiva y sumisa. Walters, resultó ser una excelente hija de su tiempo y lugar.

La médica Walters, se dio a la tarea de poner las primeras piedras de una de las iglesias cristianas no católicas más importantes de la región: La iglesia bautista "El Buen Pastor", ubicada en Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca. Pese a que esta iglesia, para nuestros días, se encuentra comandada por un hombre (pastor Carlos Morales Mendoza), su legado, es más que evidente, de tal manera que la unión femenil surgida en el seno de esta iglesia, lleva el nombre de la médica Walters.

La historia oficial o avalada por los gobiernos de México y en específico de Miahuatlán, carece de un reconocimiento de las sociedades religiosas no católicas. La situación se agudiza, cuando planteamos esa historia en femenino. Esta pesquisa pretende aportar algunos elementos de carácter descriptivo para la construcción de los conocimientos históricos de una unión femenil bautista misionera y su función social de una región del país escasamente estudiada.

El tema de las uniones femeniles, su función y posición en el campo religioso, así como los embates sufridos ante los reacomodos globales, tales como los procesos migratorios, son escasos y para el caso de Oaxaca, nulos. Para fines de esta investigación, decidí tomar una muestra, ubicada en la sierra sur del Estado oaxaqueño: el caso de la Unión Femenil Bautista misionera Otta G. Walters, perteneciente a la iglesia bautista el Buen Pastor, ubicada en Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca.